sábado, 25 de julio de 2009

El enemigo estaba en casa

A partir de mañana, las sobremesas dejarán de llenarse de pedaladas. Finaliza el Tour más limpio de los últimos años con Alberto Contador como ganador. El camino del madrileño hacia su segundo Tour no ha sido nada fácil, ya que, además de a sus rivales, ha tenido que enfrentarse a su propio equipo. Lo que es más duro aún.

El Astana ha sido un equipo con una clara bicefalia que ha provocado que el principal enemigo del español estuviese en su propia casa. Pero en cuanto la carretera comenzó a empinarse el español dejó claro quien es el más fuerte. Es triste que el mejor ciclista del pelotón internacional haya tenido que afrontar en solitario y sin apoyos esta edición de la ronda gala. Bruyneel apostó decididamente por Lance Armstrong a la hora de formar el equipo, ya que, curiosamente, todos los gregarios de Alberto se cayeron del cartel por decisión técnica. Lo más sangrante es que durante la carrera, Contador ha sufrido continuas zancadillas por parte de su equipo tanto dentro como fuera de la carretera. Aún así, el madrileño se ha sobrepuesto a todo y ha demostrado a todo el mundo que hoy por hoy es el mejor ciclista del mundo. Parece poco entendible que la dirección deportiva del equipo de Kazajistán se lo jugará todo por Lance Armstrong, un corredor de 40 años que está muy lejos de aquel que ganó 7 Tours consecutivos. Es cierto que el americano vende más, pero eso no en el deporte no debe ser lo más importante. Lo más negativo es que con esta decisión se ha intentado parar la progresión del que actualmente es el ciclista más completo por dar el protagonismo e intentar 'resucitar' a una vieja gloria del mundo de la bicicleta.

Armstrong es un hombre ambicioso que parece no saber aceptar que la superioridad de otros corredores, algo que ha demostrado con declaraciones y actitudes poco deportivas. Aunque vaya a hacer podio en el Tour, su vuelta al mundo del ciclismo es un error, ya que ahora mismo está a años luz de algunos corredores jóvenes. Además, el americano con su vuelta, de momento poco exitosa, se juega tirar por la borda parte de la imagen legendaria que se ha ido labrando kilómetro a kilómetro y victoria a victoria.

Alberto Contador vestirá con todo merecimiento el amarillo en el Arco del Triunfo parisino. Mientras que un corredor de leyenda como es Lance Armstrong pasará a ocupar un segundo plano, algo a lo que no debería haber llegado nunca. Ya se sabe una retirada a tiempo suele ser una victoria.

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