sábado, 25 de octubre de 2008

De récords y palos


Dice el refranero popular que nadie es profeta en su tierra. Eso es lo que debe sentir Manolo Jiménez ante la cantidad de críticas y palos que ha recibido desde todos los sectores en su corto periplo como entrenador del primer equipo del Sevilla F.C. Medios de comunicación y sobre todo los propios aficionados con pitadas han mostrado en varias ocasiones su disconformidad con la labor que realiza el técnico de Arahal. Cierto que ha habido momentos malos para el técnico, como fue la eliminación de la Champions a manos del Fenerbaçhe o la goleada encajada en el Pizjuán ante el Almería. Pero ahí están los números que es lo más objetivo en fútbol, y la verdad que los de Jiménez son bastantes buenos, mejor incluso que los de Juande Ramos. Quizás el hecho provenir de la cantera unido al listón tan alto que dejó Juande le pesa al aficionado a la hora de hacer sus valoraciones. ¿Se criticaría con tanta dureza y se le exigiría tanto a un técnico de fuera que hubiese conseguido estos números?, ¿por qué en los equipos de esta ciudad se valora más al de fuera que al canterano?

El concepto de fútbol que inculca Manolo Jiménez puede gustar más o menos, pero se tiene que tener en cuenta que ha conseguido un equipo sólido y con pocas fisuras. Tanto es así que el Sevilla de Jiménez, además de estar en los más alto de la tabla, ha batido un récord histórico con 13 partidos oficiales sin conocer la derrota y 8 sin encajar un solo gol. Aunque el equipo no muestra la brillantez de temporadas anteriores saca los resultados adelante con trabajo y chispazos de calidad. Ya se sabe, en el fútbol actual, por desgracia, los resultados cuentan más que el buen juego y por ello el aficionado sevillista debería mostrarse muy contento y satisfecho con la labor que está realizando el técnico arahalense.

Los aficionados son soberanos para criticar aquello que no le gusta, pero con este bagaje parece que el tratamiento que se le ha dado hasta al preparador nervionese es demasiado injusto, y más teniendo en cuenta el ramillete de entrenadores en la historia reciente del Sevilla que venían con la vitola de grandes y han fracasado rotundamente. La memoria en fútbol que frágil es.

domingo, 12 de octubre de 2008

Cuando la magia llega



En este fin de semana de partidos de selecciones que obliga, a mi pesar, al parón liguero, aún se me viene a la cabeza el espectáculo que se pudo presenciar el sábado pasado en el Camp Nou. No se puede olvidar fácilmente como el Barça vapuleó a todo un Atlético de Champions como si fuese un equipo juvenil. Que gran lección de fútbol total por parte de los blaugrana. El Barcelona da muy buenas sensaciones y divierte. Está practicando en este inicio de temporada un juego rápido, dinámico, que roza lo artístico y lo perfeccionista, y que a veces parece imposible que el rival lo pueda parar. En muchas cosas recuerda a aquel Dream Team de la década de los 90.

Parte de culpa la tiene Guardiola, que como entrenador está imponiendo a los blaugrana el sello que tenía como futbolista. Desde su llegada se han notado algunos cambios en la forma de juego. El Barça actual apuesta por el fútbol al primer toque, rápido y con mucho protagonismo de las bandas, además de ir decididamente al ataque con una gran ambición. Además, a la valentía de Guardiola, que al principio fue muy criticado por la falta de resultados, se le deben varios descubrimientos en la cantera azulgrana, como por ejemplo Busquet al que se le augura un futuro impresionante.

Pero aunque, hoy por hoy, el Barcelona es el que mejor fútbol practica en España, y me atrevería a decir que en Europa, tiene varios puntos negros. El principal es que no mantiene su portería a cero en ningún partido. En todos los partidos de Liga Valdés ha encajado algún gol, incluso ante delanteras poco solventes como son las del Numancia, Sporting, Racing o Betis. Y el segundo lunar de este equipo es que fuera de casa baja demasiado el pistón, algo que por otra parte puede parecer lógico, pero no puede ser tanto como para dejarse sorprender con equipos como el Numancia o el Shakatar.

Digan lo que digan Mijatovic y Schuster, si este Barcelona no baja el ritmo y continúa jugando de está manera se llevará la Liga de calle.

domingo, 5 de octubre de 2008

De nuevo tocará sufrir


Este fin de semana se ha dado el pistoletazo de salida a la segunda mejor liga de baloncesto del mundo, la ACB, que por primera vez contará con un número impar de equipos. La crisis económica ha afectado más a este deporte que a otros lo que ha supuesto que el otrora poderoso Akasvayu haya tenido que dejar su plaza y que el Murcia no haya encontrado esponsor. Como suele ser habitual en los últimos años TAU, Barcelona, Real Madrid y Unicaja parten en principio como los principales aspirantes al título. Sobre todo, habrá que tener muy en cuenta al Barcelona que contará en sus filas con Juan Carlos Navarro, un jugador desequilibrante donde los haya, y al Unicaja cuyo proyecto dará seguro un salto de calidad con la dirección de Aíto García Reneses. Por desgracia, desde hace ya muchas temporadas, el Cajasol se encuentra en la otra cara de la moneda y si todo transcurre con nomalidad, el equipo sevillano está llamado a luchar toda esta campaña en la parte baja de la clasificación. El panorama es poco o nada halagüeño como se ha podido comprobar en una más que desastrosa pretemporada donde no ha conseguido doblegar a ningún equipo ACB.

El proyecto de Cajasol para esta temporada es más de lo mismo. Poco iliusionante para la afición y diseñado para conseguir la permanencia a base de sufrimiento. Con una entidad patrocinadora a la que le está afectando gravemente la crisis, los fichajes han sido pocos y de una calidad media baja. Cajasol cuenta con una plantilla con mucha falta de recuros y que se antoja demasiado corta para afrontar esta temporada. Además, el equipo sevillano jugará competición europea, que más que un premio va a ser un lastre más para el equipo de Comas, quien tiene que tener claro que el principal objetivo de su equipo es permanecer en la ACB por lo que no deberá distraerse demasiado en otras competiciones.

El descenso sería la puntilla para un club que ya de por sí cuenta con pocos abonados y que juega con un San Pablo semivacío. Pero si se genera poca ilusión y encima tiene que luchar contra el fútbol en Sevilla no es algo de extrañar. Así que de nuevo tocará rezar para que no se produzca tal catástrofe y el Cajasol permanezca otra temporada más en la elite del basket español.