sábado, 16 de mayo de 2009

Los mundos de Yupi





La Final de la Copa del Rey disputada el pasado miércoles ha costado demasiado cara al jefe de deportes de TVE. Julián Reyes fue destituido tras aplicar, incomprensiblemente, un particular 'Código Hays' por el cual se intentó enmascarar la tremenda pitada que los aficionados del Barça y del Athletic dedicaron al Himno Nacional. Una censura de este tipo que atenta directamente contra el derecho a la libre información es imperdonable, como demuestra el hecho de la destitución, justa a todas luces.

Los ciudadanos tenían derecho a presenciar por televisión lo que se sabía que pasaría. TVE con su maniobra intentó tomar por tonta a la audiencia con la emisión en el descanso de un video del momento bastante manipulado y suavizado a oídos del espectador. Totalmente inaceptable, y más aún cuando existen multitud de medios que recogieron el momento tal como fue. Si la misión era salvaguardar ante España la imagen de catalanes y vascos, el remedio ha sido peor de la enfermedad, ya que este hecho ha conseguido tener más protagonismo en los medios que el propio partido. Y por tanto es lógico que entre la mayoría de los españoles exista una gran indignación.

También ayudaron a la edulcorada realidad que mostraba la televisión estatal los comentarios que se hicieron durante el partido alabando el comportamiento de las aficiones. Cierto es que no hubo incidentes entre ellas, pero, además de la falta de respeto que mostraron el himno, se sacaron pancartas y banderas independentistas y dieron con una lata en la cabeza a Daniel Alves. Los comentaristas ponían de manifiesto el señorío de la afición del Athletic por la reacción que tuvo y lo consideraron un hecho aislado. Le quitaron la gravedad que en realidad tenía el asunto, algo que no ocurre con otras aficiones a las que se crucifica y se las trata de salvaje en situaciones similares. Como siempre, según el equipo que sea hay distintos raseros.

Aunque las directivas también colaboraron a crear ambiente hostil y altamente independentista que había en Mestalla con sus declaraciones en la previa del partido. Sobre todo, tuvo un papel destacado Joan Laporta que durante la semana hizo gala de su cínico nacionalismo exacerbado. No es de recibo aprovechar el deporte para hacer política. Además, esas palabras son una total falta de respeto a los millones de seguidores blaugranas que no son de Cataluña.

TVE con su estrategia intentó amortiguar el impacto que iba a tener en el resto de España el abucheo generalizado al himno nacional. Pero no es de recibo que se intenten ocultar ciertos hechos a la ciudadanía y faltar a la verdad para proteger actitudes tan poco cívicas y respetuosas. Ya se sabe, siempre pagan justos por pecadores.

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