sábado, 28 de noviembre de 2009

La soberanía de la afición


Porque te quiero, yo no voy Betis. Este es lema de la protesta que prepara la afición del Betis para mostrar su descontento con la gestión y la situación deportiva que vive el equipo verdiblanco. Si como todo hace indicar la convocatoria triunfa el equipo de La Palmera desgraciadamente, y como viene siendo habitual ultimamente, volverá a ser el protagonista de las portadas de los periódicos por temas extradeportivos.

La medida de entrar veinte minutos tarde al encuentro ante Las Palmas convirtiendo el Ruiz de Lopera en un páramo se puede poner entredicho, ya que será la primera vez que la afición deje solo al equipo en la centenaria historia de este club. Pero es que el aficionado está harto de no ser escuchado y de ser ninguneado e incluso castigado desde la cúpula del club. El dejar al equipo solo durante veinte minutos es una decisión que sin duda parte de la desesperación en la que vive la afición, ya que la situación no será agradable para ningún bético. Y es que la descomposición que vive el equipo verdiblanco obliga a hacer algo distinto para intentar cambiar la situación y, sobre todo, para que la voz de aquellos que pagan sea tenida en cuenta de una vez.

Además esta protesta llega en un momento delicado deportivamente hablando. Las alarmas se han encendido en el conjunto verdiblanco que lleva más de un mes sin ganar y se ha situado en la mitad de la tabla. La plantilla ha ido perdiendo el poco crédito ganado al principio de la temporada. Lo peor de todo es que en el equipo vuelven a aparecer los vicios y los errores que lo llevaron al pozo del Segunda División la temporada pasada. El Betis de las últimas jornadas no sabe a lo que juega y es superado por sus rivales en juego y, sobre todo, en actitud. De esta manera, el ascenso es una misión casi imposible. Ya se sabe que la temporada es larga y hay que tener paciencia, pero si no hay un cambio radical este proyecto está abocado al fracaso.

El bético sabe que la única solución que queda es dar un golpe en la mesa, ya que no se puede consentir que la afición pierda su soberanía al no ser tenida en cuenta. Parece que ya no hay otra manera hacer recapacitar a un Lopera que día a día pisotea la historia verdiblanca y que tiene al club a la deriva.

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