domingo, 12 de diciembre de 2010

Segunda caída

Cuando aún no ha transcurrido una vuelta del campeonato de Liga, el Sevilla está sufriendo ya su segunda crisis en esta temporada. Es cuanto menos llamativo que el equipo nervionense se haya caído dos veces y con dos técnicos distintos en un espacio tan corto de tiempo. Algo que hace presuponer que el problema es más grave de lo que se creía en un principio y que la solución no pasa sólo por los cambios en el banquillo.

Una racha de cuatro derrotas consecutivas ha colocado a Manzano en alambre. El técnico jiennense que llegó para sustituir a Antonio Álvarez ya vive con la espada de Damocles sobre su cabeza; y viendo como está el panorama parece que no va tardar mucho en caer sobre él. El 'efecto' Manzano se ha diluido y el equipo está volviendo a mostrar las carencias del inicio de campaña. Lo cierto es que el equipo de Nervión ha sido superado en las últimas fechas por equipos muy inferiores y que no pasaban por su mejor momento, como pueden ser Getafe y Almería. El Sevilla de Manzano se está mostrando como un equipo frágil que no juega a nada y que sólo vive de sus individualidades, que en los últimos tiempos están poco acertadas. Se puede decir que hasta ahora el entrenador de Bailén no ha logrado mejorar el trabajo que venía realizando Antonio Álvarez. Yendo más allá, los números del tan criticado técnico de Marchena son mejores que los de su homónimo. En descargo de Manzano, quien ha demostrado ser un gran entrenador en equipos modestos, hay que decir que está trabajando con una plantilla que no ha sido confeccionada por él.


Pero el verdadero problema del Sevilla no está en el banquillo, sino más bien en que su modelo de club parece agotado. La entidad nervionense ha sabido rentabilizar económicamente a muchos jugadores en los últimos años. No obstante, el problema no está en que sea un equipo vendedor, algo que es inevitable si se tiene en cuenta el poderío económico que tienen los grandes. Lo grave es que se venden a grandes jugadores y que lo se ficha no está al nivel que este club exige. La secretaría técnica nervionense, otrora tan laureada, ha cometido grandes errores con los fichajes en las últimas temporadas, como demuestran la poca aportación de jugadores como Romaric, Acosta o De Mul, entre otros muchos. Además de esto, la plantilla del Sevilla está pidiendo una renovación a gritos, ya que muchas de sus estrellas tienen una edad y parece que sus años de plenitud han pasado. El plantel sevillista necesita una reestructuración profunda para poder hacer frente a los objetivos que se marcan al principio de temporada. Esto no va a resultar fácil y hay que concienciarse de que para conseguirlo tienen que haber algunos años de transición, como parece que va a ser este.
Habrá que esperar que la reaparición de Navas de un cambio de tuerca al rumbo a la nave sevillista. Aunque todo parece indicar que este año el aficionado se tendrá que conformar con quedar en la zona templada de la tabla, o como mucho con aspirar a UEFA.