Merecido

El pasado día 3 de Septiembre Rafael Nadal fue galardonado con el Premio Príncipe de Asturias de los Deportes. Para ello, tuvo que imponerse en la votación a deportistas tan importantes como Michel Phelps, Usain Bolt, Ysinbayeba o la triunfal Selección Española de Fútbol. Pero el tenista de Manacor es justo vencedor de este premio por su brillante y destacada temporada deportiva. Nadal ha logrado durante este ejercicio cargado de éxitos hacerse con Roland Garros, Wimbeldon, tres Master Series y la medalla de oro en los Juegos de Beiging. Además, ha logrado protagonizar partidos que quedarán para los anales de la historia del tenis mundial, como por ejemplo la espectacular final ante Federer en la hierba de Wimbeldon. Y por si esto no fuera poco, el manacorí va a lograr terminar el año como el número 1 del Mundo tras haber desplazado al gran dominador del circuito durante los últimos años, Roger Federer. Parece este suficiente currículum para ser el justo vencedor de este galardón.

Pero Nadal no es solamente merecedor del Príncipe de Asturias por su triunfal temporada deportiva. También lo es por siempre su actitud humilde y caballerosa tanto en la victoria como en la derrota . El tenista es un deportista ejemplo que personifica valores importantes del deporte como el respeto a los rivales y la deportividad, como demostró con sus palabras de reconocimiento a un derrotado Federer tras recibir el trofeo de Roland Garros.

Nadal no es sólo un campeón en el ámbito deportivo, sino que también lo es en el terreno humanitario, lo que engrandece un poco más su figura. Así, el tenista de Manacor puso en marcha en febrero una fundación benéfica destinada a la ayuda de los más desfavorecidos, lo que supone un argumento más para hacerlo merecedor de esta importante distinción deportiva.

Como dirían en la capital de la tierra batida en la que Nadal ha conseguido sus mayores éxitos , ¡chapeau!