
Las carencias que muestra este Betis, sobre todo lejos de Heliópolis, son ya de sobra conocidas y lo han privado de llegar al parón invernal en una buena posición. La falta de intensidad mostrada en partidos como los de Castellón o Murcia ha costado demasiados puntos al equipo verdiblanco en lo que se lleva de campeonato. Tapia tiene que conseguir que el equipo salga concentrado y enchufado desde el primer minuto porque el Betis ha demostrado que no es un equipo psicológicamente fuerte para levantar un marcador en contra. Esta apatía que muestra el equipo en determinados momentos, y sobre todo fuera de casa, es el principal mal, casi endémico en las últimas temporadas, que sufre el equipo de las 13 barras.
El otro mal del Betis está temporada está en la fragilidad defensiva. Mire por donde se mire la zaga está cogida con alfileres, tanto es así que juega con un solo central puro junto a un reconvertido Arzu que se ha convertido en el único fijo en esa posición. Esto habla a las claras del nivel que esta mostrando la defensa verdiblanca. Es más que lógico e incluso necesario que Antonio Tapia pida que se fiche a un central que de alguna garantía, ya que los que están en la plantilla no están a la altura. Dicha situación también deja a las claras que fichajes como el de Carlos García han sido un rotundo fracaso.
La nota del Betis de Antonio Tapia hasta el parón navideño es de suspenso. Un equipo que siempre da la cal en casa y la de arena fuera tiene complicado ascender. Pero siendo optimista hay que decir que aunque la situación no es del todo buena el equipo verdiblanco está tan sólo a tres puntos del ascenso y que mejorando algunos aspectos se puede a llegar a buen puerto. El Betis necesita mejorar pero tiempo hay para ello, que este curso es muy largo.
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