domingo, 28 de junio de 2009

Un tropiezo para una cura de humildad


Nunca un tercer puesto en una competición internacional supo a menos para la Selección Española. Máxime cuando el exceso de confianza la ha privado de poder disputarle el título y la supremacía internacional a Brasil. Una Selección tan ambiciosa y con tan buenos jugadores no puede dejar sorprenderse por un combinado de nivel medio como es USA, que solamente apelando al orden táctico logró derribar a la roja. El combinado español no debe permitirse que Selecciones con tan pocos argumentos las puedan poner en esos apuros. Pero esta derrota es un aviso para navegantes, y es que siempre hay que salir al campo con la máxima concentración y humildad porque los rivales pequeños tienden a crecerse en estos emvites. Poco o nada ayudó el ambiente que rodeó al partido de semifinal donde prensa, aficionados e incluso los jugadores parecían dar por hecho la clasificación antes de jugar el partido. Desde todos los ámbitos hay que hacer autocrítica y, sobre todo, mostrarse más prudentes, que parece que no se ha aprendido nada de los muchos fracasos que cosechó la Selección años atrás cuando siempre iba como favorita.

La Copa Confederaciones nos ha dejado a una España que en general ha estado algo espesa en el juego. Aunque en ciertos momentos ha sacado chispazos de brillantez que le han permitido sacar partidos adelante. Esa espesura se ha mostrado en un juego demasiado lento y previsible que provocó que algunos partidos como el de Iraq costaran más de la cuenta.

Otra de las carencias que ha mostrado España durante este campeonato y que deberá trabajar Del Bosque en el futuro es la fragilidad defensiva. Los fallos en esa parcela privaron a España de la final y casi del tercer puesto. Que combinados como el estadounidense y el sudafricano le hagan dos goles no hablan muy bien de la zaga. Por contra, el ataque volvió a estar a gran nivel con Villa y Torres. Aunque Del Bosque debió dar más minutos a Güiza, que como demostró en el partido por el tercer puesto siempre tiene el punto de mira afinado. Quizás pudo ser la solución a la falta de puntería mostrada en partidos como el de EEUU. A todo esto, hay que sumar las bajas de Senna y, sobre todo, de Iniesta que se presentan jugadores fundamentales para este equipo. Estas dos bajas han privado a la Selección de un mayor equilibrio, de más profundidad y de capacidad de sorpresa.

Este tropiezo no debe ser algo preocupante con la ambición, el compromiso y la calidad que demuestra este grupo. Incluso puede ser hasta beneficioso para el futuro. Seguro que el Mundial será muy distinto.

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