domingo, 10 de mayo de 2009

"Yo nunca te he fallado"


Tarde o temprano la afición del Betis tenía que explotar por la mala situación. En el partido ante el Atlético de Madrid se cambió la enésima "marcha verde" por un ambiente bastante hostil. La hinchada verdiblanca señalaba esta vez a los jugadores como los culpables de la pésima temporada que está realizando el equipo, que por cuarto año consecutivo tendrá que sufrir hasta el final para no dar con sus huesos en Segunda División. Es lógico que la afición verdiblanca muestre su malestar y que esté harta de que le devuelvan tantos sinsabores a cambio de su apoyo y fidelidad. Además el que paga tiene derecho a protestar si el equipo no cumple con las exigencias mínimas, como así esta siendo.


Josep María Nogués fue un poco crítico en sus declaraciones con la situación vivida en el Ruiz de Lopera el pasado domingo. Pero el catalán debe entender que la situación es bastante complicada, y más tras lo ocurrido en Bilbao esta semana. En lo que sí llevaba algo de razón es que la afición debe estar con el equipo y llevarlo en volandas durante los 90 minutos que dura el partido, tras él será el momento de los reproches. Está claro que este ambiente no beneficia en nada a un Betis que se va a jugar la permanencia en las próximas jornadas, por lo que la afición debería estar con el equipo hasta al final del partido. Aunque, ciertamente, se hace difícil aguantar tras cuatro años de tomadura de pelo.


La afición sentenció a los jugadores, a los que señalaron directamente con cánticos y pancartas. La realidad es que el equipo adolece de intensidad, y por momentos se nota cierto pasotismo en algunos de los jugadores. La plantilla no está dando el nivel, como lo demuestra la clasificación. Parte de la culpa de la indolencia de los jugadores, la tiene un mal endémico de la era Lopera como son los contratos de larga duración. Esto posibilita que ciertos jugadores estén acomodados y muestren falta de ambición, algo que termina contagiando al resto de la plantilla.


En el terreno de juego se vislumbra la descomposición que asola al club de la Palmera en todos sus estamentos en los últimos años. Lógicamente, la afición no es tonta y su paciencia tiene un límite. Incluso lo piden en uno de sus cánticos, que reza: "Betis no me falles, yo nunca te he fallado". Pero este Betis les falla un año sí y otro también, haciendo trizas sus esperanzas e ilusiones futbolísticas.

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