sábado, 21 de marzo de 2009

Permítanme la licencia


Estimado lector le ruego que me permita la licencia que esta semana me voy a tomar con esta columna. Esta semana en EL DUENDE CRÌTICO no se hablará de goles, de polémicas arbitrales, de las gestas de Nadal, de los puntos de Gasol, ni de los adelantamientos de Fernando Alonso. En esta ocasión quiero dedicar mi artículo a mi amigo y compañero Alberto Cuevas, quien el próximo 29 de marzo a la una de la tarde vivirá unos de los momentos más importantes de su vida cofrade ante el atril del altar de la Parroquia Santa María de la Encarnación de Constantina. Alberto será el encargado de abrir la primera puerta de la Semana Santa constantinense con su pregón.

Habiendo tenido el privilegio de leer pequeños fragmentos, se puede decir que es un texto que ha salido de lo más profundo de los sentimientos de este periodista por la Semana Mayor de su pueblo, al que siempre lleva por bandera en su dulce exilio capitolino. Es una disertación que ha sido labrada durante meses con humildad, paciencia, amor y esperanza para convertir en verbo lo que siente su corazón desde que salen las palmas de la Borriquita hasta que el cierre de las puertas de la Parroquia a la entrada de su Soledad anuncian en Llano de Sol la Resurrección de Cristo.

Si usted puede acercarse a la parroquía de Constantina en este esplendoroso domingo que marca el ocaso de la Cuaresma, no lo dude, porque conociendo a Alberto, a buen seguro, se va ir con un buen sabor de boca a su casa. Desde aquí, Alberto, desearte mucha suerte. Y agradezco de antemano a mis lectores el hecho de que me hayan dejado tomarme esta licencia, porque creo que es un acontecimiento por el que merece la pena.

2 comentarios:

Angélica Muñoz dijo...

Estimado periodista,

Licencia permitida, en una ocasión tan especial como esta, el resto de asuntos quedan relegados a un segundo plano.

Hablar de Alberto Cuevas Caneo es hacerlo de la Hermandad de la Amargura de Constantina, existe un vínculo muy especial entre ambos y todos hemos sido testigo de ello cada vez que tenemos la oportunidad de compartir sus vivencias.

Desde el primer instante en que le conocí hace ya 4 años, me transmitió su sentimiento constantinero y su adoración por la Hermandad, plasmada en el Santísimo Cristo de la Humildad y Paciencia y Nuestra Señora de la Amargura.

En todo este tiempo, nos ha narrado todos los instantes por los que ha pasado la Hermandad, desde el proceso de restauración del Cristo de la Humildad y Paciencia hasta su posible designación como pregonero.

Finalmente, este deseo se ha hecho realidad y este domingo todos sus familiares y amigos asistiremos a uno de los momentos más importantes en la vida de nuestro querido compañero.

Quiero aprovechar la oportunidad que me brinda este blog para trasladar a Alberto mis mejores deseos y todo mi cariño para que el domingo podamos disfrutar y compartir su alegría tal como la ocasión lo merece.

Un fuerte abrazo.

Gol Sur, Tribuna Alta dijo...

Fíjate que hasta la Federación Española de Fútbol vio conveniente no poner fútbol esta semana, pues sabía que nadie estaría pendiente.

Esto huele a pelotazo de pregon.

¡Saludos!